Ubú en el país de los Visigodos

Como cada año, se celebra el famoso evento televisivo “Salta la valla”. Un concurso protagonizado por inmigrantes, en el que deben saltar una valla de varios metros de altura, “decorada” con concertinas y, una vez al otro lado, cargar a pulso un ídolo de madera hasta la cima de una colina, perseguidos por agentes de los cuerpos de seguridad del Estado.

«Solo puede pasar uno» es el eslogan del concurso. El ganador consigue un permiso de residencia de un año. Salta la valla es televisado en prime time para millones de espectadores. El concurso se desarrolla dentro de lo previsto: hay cortes, caídas, huesos rotos, cráneos partidos, espaldas apaleadas… El ganador es un tipo orondo y extravagante que se hace llamar PAPAÍTO UBÚ y que causa una gran impresión entre los espectadores por su lenguaje grosero y por su actitud desafiante y megalómana; salta a la vista que está loco de atar.

DON PELAYO, el líder del Partido VisiGodo (VG), ve el programa y decide fichar a Ubú. Necesita un representante de las minorías étnicas («de los parias, de los reductos, de la basura que inunda la sociedad», en palabras propias) para incorporarla en sus filas de cara a las próximas elecciones. Está convencido de que le ayudará a ganar votos.  Tras  una entrevistar personal con Don Pelayo, en la que recibe múltiples consejos sobre cómo embaucar, disuadir, engañar y engatusar a los votantes, Ubú comienza su campaña electoral, cuidadosamente planificada: fotos con sintecho, besos a niños, visitas a hospitales, cárceles, residencias… encuentros con líderes religiosos, folclóricos,  militares… soflamas anti migratorias, defensa del uso de armas, negación del cambio climático, promesas de vivienda y trabajo para todos, cadena perpetua…El efecto es inmediato: el lenguaje directo y soez de Ubú, y sus promesas incumplibles, hacen que suba como la espuma en las encuestas…