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La palabra «herejía» tiene muchos significados: no es simplemente la negación de una verdad de fe, sino que puede significar diversidad de opiniones y, en este sentido, san Pablo la considera positiva. Pero puede aludir también a un desenfoque inconsciente en la comprensión de una verdad de fe que, a la larga, acabaría desfigurándola. Es en este sentido de herejía «latente» como es usada en este libro: porque esos desenfoques inconscientes pueden crecer con el paso del tiempo y la acumulación del polvo de la historia, llegando a desfigurar el cristianismo. Esta obra analiza diez de esos virus ocultos (en la concepción de la encarnación y la explicación de la cruz, en el sentido de la eucaristía, en el tema de los pobres y de los ricos, la papolatría o el olvido del Espíritu Santo). No se trata de denuncias ni de acusaciones sino de mostrar comprensivamente cómo, en el devenir de los años y a lo largo de la historia, esos temas han sufrido erosiones y desvíos de comprensión que pueden acabar convirtiéndolos en auténticas deformaciones de la fe cristiana. Se intenta así un pequeño tratado sobre la identidad cristiana, en negativo, que el autor quisiera reformular más adelante en positivo, elaborando con los elementos aquí recuperados un breve comentario a la «profesión de fe» o Credo católico.